Sin embargo, Pérez Cisneros no fue el arquitecto de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y hasta que el periodista del Washington Post David Hoffman exploró este capítulo de la historia cubana en su libro de 2022, Give Me Liberty: The True Story of Oswaldo Payá and his Daring Quest for a Free Cuba, esta información sólo estaba disponible en algunos archivos y blogs oscuros.

Hoffman descubrió que la Constitución cubana de 1940, la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el artículo 88g de la Constitución cubana de 1992 que hicieron posible el Proyecto Varela fueron en gran medida el resultado de un cubano talentoso que a lo largo de su carrera había sido diplomático, jurista y erudito, pero nunca has oído hablar de él. De hecho, se le ha llamado el “hombre olvidado”.

Se llamaba Gustavo Gutiérrez Sánchez y nació en Camajuaní, Provincia de Santa Clara, Cuba el 20 de septiembre de 1895, y falleció exiliado en Miami el 17 de julio de 1959 a los 63 años.

En 1916, con apenas 21 años. de edad había obtenido doctorados en Derecho Civil y Público, y llegó a ser Profesor Asistente de Derecho Internacional Público en la Universidad de La Habana, y en 1919 pasó a ser jefe de departamento a los 24 años.

Carlos Márquez Sterling, historiador y estadista cubano que dirigió la redacción de la Constitución de 1940 del país, escribió en 1976 un artículo en el Diario de las Américas donde destacó el papel de Gustavo Gutiérrez en la redacción de la Constitución de 1940.

"Gustavo había formado parte de la Comisión Bicameral que redactó el proyecto de Constitución y les puedo asegurar que muchas de las instituciones que luego encontraron expresión en nuestro documento original se basaron en trabajos anteriores creados por Gustavo Gutiérrez".

Hoffman en “Give me Freedom” informó que la Constitución de 1940 tenía una cláusula que había sido redactada años antes por Gustavo Gutiérrez, y se convirtió en “el Artículo 135, Sección F, que disponía que las leyes podían ser propuestas por congresistas y senadores, funcionarios de gobierno, tribunales , - y por los ciudadanos. En este caso", declara la Constitución, "será condición indispensable que la iniciativa sea ejercida por al menos diez mil ciudadanos que tengan el mismo estatus de electores".

El jurista cubano creía que esta cláusula habría dado a los ciudadanos cubanos una voz en los asuntos públicos que podría haber frenado el paso de Machado hacia la dictadura, o haber llevado a una derogación más temprana de la Enmienda Platt, o haber impedido que Batista se convirtiera en un hombre fuerte. Esta disposición de alguna manera fue reciclada en la Constitución cubana de 1992 y fue la base para el Proyecto Varela que desafió el régimen totalitario en Cuba a partir de 2002.

Menos de cinco años después, en febrero de 1945, con la Segunda Guerra Mundial todavía en marcha, en el Castillo de Chapultepec en la Ciudad de México, veinte países latinoamericanos y una numerosa delegación de Estados Unidos participaron en la Conferencia Interamericana sobre Problemas de la Guerra y la Paz. El Dr. Gustavo Gutiérrez presentó en nombre de Cuba "dos propuestas detalladas para su consideración, un Proyecto de Declaración de los Derechos y Deberes Internacionales del Individuo y un Proyecto de Declaración sobre los Derechos y Deberes de las Naciones".

Estos dos borradores fueron escritos por el Dr. Gustavo Gutiérrez en su libro La Carta Magna de la Comunidad de Naciones. Más tarde ese año la delegación cubana en San Francisco presentaría su proyecto para su consideración en la creación de una declaración universal de los derechos humanos. El jurista francés René Cassin y Guy Pérez-Cisneros argumentaron firmemente en el debate sobre la redacción de la declaración el derecho de los individuos a solicitar “reparación por presuntos abusos de los derechos humanos a 'las autoridades públicas del Estado del que es nacional o en el que reside, o ante las Naciones Unidas” es un derecho humano esencial que debe incluirse. Esto fue objetado por la Unión Soviética y México, que argumentaron que “violaba el principio de soberanía nacional y violaba las disposiciones de no interferencia”.

El jurista francés René Cassin y Guy Pérez-Cisneros argumentaron firmemente en el debate sobre la redacción de la declaración que el derecho de los individuos a solicitar “reparación por presuntos abusos de los derechos humanos a 'las autoridades públicas del Estado del que es nacional o en el que reside, o ante las Naciones Unidas” es un derecho humano esencial que debe incluirse. Esto fue objetado por la Unión Soviética y México, que argumentaron que “violaba el principio de soberanía nacional y violaba las disposiciones de no interferencia”. No terminaría en la declaración, pero sería reconocido más tarde por algunos estados.

El espíritu de esta cláusula de que los individuos podrían solicitar que se cometan injusticias contra ellos hasta llegar a la ONU está en consonancia con la defensa de Gutiérrez de dar a los ciudadanos una voz en los asuntos públicos.

Al jurista canadiense John P. Humphrey se le atribuye la preparación del primer borrador de la Declaración Universal de Derechos Humanos en 1947, pero en sus memorias publicadas en 1983, Humphrey le dio crédito a Gustavo Gutiérrez por presentar el modelo que inspiró el borrador.

“Yo no era ningún Thomas Jefferson y, aunque era abogado, prácticamente no tenía experiencia en la redacción de documentos. Pero como la Secretaría había recopilado una veintena de borradores, tenía algunos modelos sobre los cuales trabajar. Uno de ellos había sido preparado por Gustavo Gutiérrez (Sánchez) y probablemente había inspirado el proyecto de Declaración de los Deberes y Derechos Internacionales del Individuo que Cuba había patrocinado en la Conferencia de San Francisco”.

La Declaración Universal de los Derechos Humanos fue una iniciativa de las naciones latinoamericanas, en la que Cuba jugó un papel importante al proponerla, ayudar a redactar el documento y ejercer presión exitosamente para lograrlo. Los diplomáticos cubanos que desempeñaron este papel histórico al hacer realidad esta “Carta Magna de la Comunidad de Naciones” han sido borrados para dar paso a una de las grandes mentiras de la dictadura de Castro de que los conceptos políticos de libertad, igualdad y justicia no son universal pero difiere según la geografía.

Esta es también la razón por la que la dictadura comunista de La Habana considera la Declaración Universal de los Derechos Humanos como propaganda enemiga.

En 1976, cuando Ricardo Bofill Pagés y la doctora Marta Frayde fundaron el Comité Cubano Pro Derechos Humanos, al cual pronto se unieron Gustavo Arcos Bergnes, su hermano Sebastian y un grupo importante de activistas y por la perseverancia de sus denuncias y monitoreo de la situación precaria de los derechos del hombre en la isla, en medio de la más feroz persecución, el régimen fue condenado por la antigua Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. En 1988 una delegación de esta viajó a Cuba para escuchar y tomar in situ testimonios de ciudadanos víctimas de la dictadura.

Es por eso que los cubanos de toda la isla lo arriesgaron todo para ser escuchados por la comunidad internacional en 2002, 2004 y 2021 en sus demandas de libertad y el fin de la dictadura. En 2002 y 2004, decenas de miles de cubanos liderados por Oswaldo Paya y el Movimiento Cristiano Liberación hicieron esta demanda en la petición ciudadana del Proyecto Varela, una iniciativa de ley inédita en la isla durante estas nefastas décadas de dictadura y en julio de 2021, cientos de miles de cubanos en toda la isla le gritaron a todo pulmón el anhelo de ver garantizados sus derechos y la libertad.

Actualmente hay más de 1.000 presos políticos en Cuba, y en el día internacional de los derechos humanos de 2023, 75 aniversario de la firma de la declaración, hacemos un llamado por su libertad, y la libertad de todos los cubanos.

Regis Iglesias Ramírez se desempeña como portavoz del Movimiento Cristiano Liberación.

John J. Suárez es Director Ejecutivo del Centro por una Cuba Libre.

https://www.diariolasamericas.com/america-latina/cuba-y-la-declaracion-universal-los-ddhh-su-aniversario-75-n5347994